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miércoles, 25 de abril de 2012


Trypanozoma Cruzzi


By Pseudomona

Hace meses que venimos acumulando tubos de ensayo en un improvisado y hasta hace un tiempo ficticio laboratorio, casi nos hemos aislado por completo en una quinta que nos prestó el abuelo de Marcos, mi inseparable amigo y compañero desde que nos cruzamos por primera vez hace, no sé, unos diez años, en aquella sala de internación del Hospital Muñiz. Los dos nos instalamos en un galpón despoblado aquí, casi en los confines de Garin, donde sólo llega el llamado tren blanco que no tiene puertas, ventanas, ni asientos y para colmo tiene un color que es la antítesis de su nombre insólito.
Hemos puesto todo nuestro empeño y noches de insomnio frente al microscopio tratando de desmenuzar la compleja estructura de aquel parásito que coloniza las vinchucas y posteriormente éstas malditas inoculan en millones de personas diariamente.
Así pasamos semanas y meses remitiéndonos a los cadáveres disecados de cientos y cientos de vinchucas que habíamos recolectado en nuestras visitas a pueblos del norte argentino que prácticamente están infestados, no sólo de vinchucas sino de hambre, de miseria y condiciones pésimas de des-salud (no quiero decir enfermedad, creo que así se entiende mejor, aunque el diccionario lo niegue) y al final resulta estúpidamente corriente vivir al lado de ésos oscuros insectos, que si bien alguien dijo son criaturas de Dios, son la prueba viviente de que éste no existe.
La investigación prometía demasiado, especialmente para un pobre iluso como yo que se cruzó con ésta idea y no dejó de rumiarla desde la facultad. Parasitología, segundo año cuando ingenuamente había preguntado en una clase llena de estudiantes:

-          Pero ¿No hay un tratamiento para el Chagas precoz?
-          Si, pero no suele administrarse, es muy caro.
-          ¿Usted alguna vez lo recetó?
-          No…
-          Entonces ¿Por qué no hacer una vacuna?
-          La vacuna, mi querido alumno es: erradicar la pobreza.

Y claramente mi viejo maestro tenía razón, quizás sea más fácil proveer al pueblo de un trabajo decente, una vivienda como la gente, pero al parecer nada se puede hacer en siglos y siglos, tan sólo la más irrisoria observación.
Una vergüenza que mantiene escondida nuestra sociedad actual es que suele darle importancia a ciertas enfermedades si y obviamente a otras no, especialmente a las que sólo se observan desde afuera ¿Quién quiere acercarse?, nadie. Menos mal que no sucedió lo mismo con una especie de gripe que como ustedes sabrán se registró hace un par de años antes, y sólo bastaron un par de muertes, claro en el primer mundo para poner en marcha una batería de laboratorios que en unas cuantas semanas habían encontrado velozmente la vacuna. No, no me malinterpreten, no digo que esté mal, sólo me gustaría que también se quisiera invertir en enfermedades más comunes, más nuestras, más latinas y en ésta misma reflexión he encontrado mi respuesta: Latinoamérica.
¿Quién se acuerda del Chagas? Bueno, pues los niños que se despiertan con un ojo hinchado del tamaño de un limón, recuerdo del beso premonitorio de aquel maléfico insecto que les depositado todo el veneno de su repugnante estómago y ése es el comienzo de que después sufran de todas las complicaciones crónicas y que sólo se van a enterar cuando ya nada pueda hacerse.
Imagínense mi sueño, investigar el genoma del flagelado y por fin inmunizarlos a todos, comenzando por los niños, en éstos momentos todavía me viene a la mente: un futuro asegurado, porque los niños son el germen del mundo. 
Bueno, como pueden ver, no puede negarse que estoy muy emocionado, ya mi compañero ha preparado nuestras primeras muestras en la camioneta, pues hoy vamos a llevarlas para que puedan ser probadas in vitro en un laboratorio, siempre con la ayuda del abuelo de Marcos, quien sabe con un poco más de inversión, muy pronto se pueda lograr algo, ¿No? ¿Qué dicen ustedes?

Este es el boletín de noticias de T5N, demoras en la Panamericana mano a capital, una camioneta placa GUV 026 volcó un extraño contenido de, al parecer insumos medicinales, se reportaron muertos sus únicos 2 ocupantes, se trata de dos personas de sexo masculino entre treinta y cuarenta años de edad aproximadamente. Personal de la federal y tránsito están trabajando en el lugar. Ampliaremos.