Sinónimos
By Pseudomona
Transparente,
diáfano, límpido, cristalino, claro…que más, que más, pensá…pensá, repetía
bajito mientras anotaba en su pequeña libreta todas las palabras que repetía. Le
gustaba encontrar equivalencias, no tanto porque era muy inteligente sino que
se pasaba horas y horas con el diccionario de sinónimos y antónimos. Y cómo hoy
tenía que viajar hasta Nueva Pompeya se había tomado el colectivo 15, que a
ésta hora por suerte no estaba atestado. Alzó la vista para continuar buscando
la siguiente palabra y pronto se dio cuenta que las barandas de los asientos,
los bordes de las pequeñas escaleras y hasta el techo del colectivo eran
amarillos, sólo pudo notarlo ahora que había subido un pasajero que no sólo
tenía el pulóver amarillo sino también unas zapatillas negras con vivos de
colores amarillos, lo cual se regalaba casi de la nada un color: amarillo, en
seguida puso el curioso mecanismo de su pensamiento en acción, amarillo,
dorado, áureo, rubio, ámbar…vamos, pensá, pensá, que más…que más y una enorme
intranquilidad de no poder recordar todas aquellas letras que sugería el
diccionario se apoderaba de el.
Era
increíble que aquel pasatiempo casi lo consumía por completo, no podía librarse
de el ni siquiera hoy, que al ser un día feriado en el que por lo general la
gente descansa y sale a pasear, el podía dejar de continuar su enfermiza rutina.
-
Permiso…
Le dijo una
voz sonriente mientras también lo empujaba un poco, era que el había ocupado el
asiento del pasillo, dejando libre el de la ventanilla.
El se hizo
a un lado de forma mecánica cuando para colmo de males pudo notar que la chica
que recién le había hablado tenía una bufanda completamente amarilla, ay Dios,
que más, que más, se repetía bajito. La chica se sentó a su lado y cuando escuchó
amarillo, que más, que más, lo miró con un gesto travieso que en verdad lo dejó
muy descolocado mientras cerraba bruscamente su pequeña libretita un poco
avergonzado.
-
Lucía,
soy.
-
Julian,
si, no es nada, sólo juego…
-
A
ver, mostrame.
-
No,
no es nada.
-
A
mí también me gusta jugar, mirá.
Y se puso
de cara al sol que le daba por completo mientras ella trataba de mantener los
ojos abiertos dándole pelea.
-
¿Ves?
Yo también tengo un pasatiempo.
-
Ah,
el sol…
-
Sí,
aunque siempre salgo perdiendo…vos…
-
Yo…no
es…yo sólo busco los sinónimos, ya sabes…
-
No,
no sé, ¿por qué?
-
Porque
no sé, porque…sí.
-
Viajo
en este colectivo todos los días, nunca te vi…
-
Oh,
voy de visita…
-
Ya
veo, seguro por el feriado.
-
Si,
eso creo…
Era la
primera vez en mucho tiempo que había dejado de buscar los sinónimos durante la
conversación y podía hablar totalmente tranquilo. Ella lo tenía tan distraído con las
muecas de sus labios mientras le hablaba que pronto conversaban de forma tan
familiar como si se hubieran conocido hacía mucho tiempo atrás.
El
colectivo siguió de largo hasta Lanús Este, el no sólo se olvidó de la
libretita sino hasta de porque tenía que ir a Nueva Pompeya.