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jueves, 31 de mayo de 2012


El llamado que no será

By Pseudomona


Cuando aquella noche preguntaste
Por mi número de celular
Yo pensé para qué la ilusión
Para qué el engaño
Si no me vas a llamar
Por eso te lo dí muy rápido

Me miraste seriamente
Y dijiste: momento
Por favor más despacio
Y tuve que repetir
Desde un principio
Los diez números otra vez

No olvidaré jamás
Que antes de guardarlo
Vos me hiciste mirarlo
Para tener la certeza
Que lo habías anotado
Tal cual era

Qué dirías ahora si supieras
Que ya no tengo el mismo número
Tal vez te pondrías triste
Al saber que nunca más
Nos volveremos a ver
Pues tuve que cambiarlo.

miércoles, 30 de mayo de 2012


Dos

By Pseudomona

Él, reluciente se eleva
Cuan largo en el cielo
Aunque a la hora de la siesta 
Busca un colchón 
De nubes juguetonas

Ella, esfera de fino cristal
Se asoma romántica
Al comenzar la velada
Viene vestida de gala
En su tapiz de limbo estrellado.

martes, 29 de mayo de 2012


En la peluquería


By Pseudomona

-    Buen día…permiso…
-    Buenos días ¡Adelante!
-    Gracias. Para cortarme el pelo por favor.
-    Ok…corte de pelo. ¿También se lo lava?
-    Me lo lavé está mañana…
-    ¡Ah no! Esto es otra cosa, es un baño de crema.
-    Ah, bueno…si…
-    Prefiere la marca A, B o C.
-    Cualquiera está bien por mí…
-    Si quiere saber mi opinión le recomiendo la A.
-    Bueno con la A entonces…
-    También le podemos poner una ampollita, ya sabe para que su pelo no se vea tan opaco.
-    ¡Pero si mi pelo no se ve opaco!
-    Ya sé, ya sé. Pero créame se verá mejor…digo, ya que estamos.
-    Umm...de acuerdo.
-    ¡Muy bien! Quiere la A, B o...
-    La que prefiera.
-    Listo con la ampolla A. Entonces tenemos…baño de crema, ampolla y corte ¿No?
-    Si.
-    ¿Después se peina?
-    No.
-    ¿Un brushing?
-    No.
-    Bueno, corte…sin peinado.
-    ¿Nombre?
-    Teresa
-    Listo Teresa, venga por acá, déme su abrigo. ¿Quiere un café, un té?
-    No, gracias, yo sólo quiero cortarme un poco el pelo.  

lunes, 28 de mayo de 2012


El balcón y la espera

By Pseudomona

Al fin después de tanto pensarlo
Te mandé un mensaje de texto
Invitándote a salir
No me has contestado
Puede que estés dormida
O quizás no quieres ir

Por qué no respondes
Me consume la inquietud
Las dudas crecen y se hacen nubes
Suspendido estoy en el aire
Aunque el reloj dice que sólo
Han pasado quince minutos

Quizás vos te has sentido también
Emocionada con mi contacto
Porque has tardado tanto
En teclear la respuesta
Que alcanza y sobra:
Si :)

domingo, 27 de mayo de 2012


Lo demás es puro cuento

By Pseudomona

La puerta enorme luce majestuosa y se abre suavemente mostrándome un camino alfombrado de color púrpura, cuando estoy ingresando puedo reconocer It Had To Be You en la voz de Billie Holiday que tiñe de un tono más novelesco aún mi llegada.
Un pensamiento de no saber si estoy bien vestida me hace temblar un poco las piernas, sostengo muy fuerte mi cartera pequeña y como siempre que me pongo nerviosa levanto bien alto la cabeza.

-          Madame, la estábamos esperando. Por acá por favor. Me saluda el maître indicando sutilmente con su mano una senda invisible hacia la derecha.
-          Buenas noches, sonrío. Gracias.

Mientras vamos caminando observo que las mesas están ubicadas lejos unas de otras y aunque tienen un porte moderno se les nota un dejo romántico, los manteles son tan largos que besan un poco el suelo, las copas exquisitas. Casi no hay luces, sólo minúsculas velas por doquier que emanan un aroma a algo así como manzana y canela o quizás también vainilla, al fondo se observa una chimenea que arde encendida detrás de un gran escaparate de vidrio y de tanto en tanto las llamas se asoman fogosas.

Pero sin duda quien debió escaparse de una película en blanco y negro es aquel que está impaciente en la última mesa, que al verme se pone de pie y acomoda rápidamente su corbata mientras me extiende los brazos y me mira extasiado sin poder pronunciar ni una palabra, aunque yo esta noche ni siquiera lleve un vestido ajustado. 

sábado, 26 de mayo de 2012


Bailarina

By Pseudomona

Sus diminutos zapatos
Dos finas agujas
Le hacen juego a su vestido
Esculpido en lentejuelas
Parece flotar mientras gira
Bella flor cristalina
Intensamente joven
Con la fuerza de la luna
Al mirarla solo cabe
Sentir que nunca se han ido
Los días en que se lucía El Tango
Allá en la zona del Abasto.

viernes, 25 de mayo de 2012


Sólo un sueño
By Pseudomona


Quisiera que me abrazaras
Aunque fuera por un momento
Perderme interminable en tus ojos
Recuperar mi paz de hace tiempo

Pienso en ti en todas partes
No puedo seguir así adelante
Y creer que existen los ángeles
Vigilantes aún cuidándome
Si no tengo noticias de tí

Vivo en un sueño enorme de chocolate
Donde me tomas de la mano, te ríes
Y paseas un poco conmigo
¿No te parece lindo estar juntos de nuevo?

Sentados los dos en ésa mesita
Bebiendo otra vez aquel submarino
Con el pequeño cañaveral de testigo
Que es para no creer
Lo ansioso que está por vernos llegar.

jueves, 24 de mayo de 2012


Postal

By Pseudomona

Parece mentira que tanta emoción
Pueda caber en un simple gesto
Que sólo mide unos centímetros de largo
Y vuela raudo con sus alas de cartón
Viaja bordeando el mar
O pisa varios países
Siempre de mano en mano
Sin tener siquiera identificación
Y te prepara una sorpresa
El día que al fin se asoma
Debajo de tu puerta
Trayéndote alguna novedad
O simplemente un recuerdo
En palabras ligeras
Construidas de puño y letra
De aquel que partió  
Y no se sabe cuándo volverá.

miércoles, 23 de mayo de 2012


La cabeza también pesa


By Pseudomona

Un dolor grosero casi no le dejaba sentir su mano derecha, comenzaba a la altura de la nuca y se extendía sin piedad por todo el plexo braquial dejándole un poco atontados al mismo tiempo el codo y el antebrazo. Pero ni modo había que continuar cargando su molesto bolso, aunque durante la noche tampoco podía conciliar bien el sueño debido a la tremenda contractura que sentía en la columna cervical.
Lo hubiera dejado si no se tratara de un trabajo de varios años y a su edad la monotonía no exige nada a cambio que recorrer todos los recovecos de aquel barrio porteño, arribar a los domicilios justo a tiempo para entregar un sobre delgado a una cara alegre que seguro sería una tarjeta de crédito o misivas regordetas de ésas que suelen hacer algún reclamo y a veces, aunque ahora cada vez menos, también alguna postal con recuerdos melancólicos. Hubieron sin dudas épocas mejores pero las cosas cambian y vienen ahora con una instantaneidad tal, propia de vivir on line, que es probable que pronto la empresa tenga que prescindir de él.

Hoy cuando apenas terminó de darse una ducha y comenzaba a vestirse quedó perplejo frente a un señor mayor que casi no tenía pelo, el cuello claramente encogido hacia el lado diestro y también el hombro doliente colgando más bajo aún que el izquierdo, que le miraba intrigado desde la otra cara del espejo.

Hay un momento en la vida que a todos nos llega, preguntarnos si realmente esto que observamos es lo que hubiéramos querido o es todo lo que se nos dará o quizás algo más nos espera. Aquí todos arribamos algún día, no cabe duda que cada uno a su tiempo y con una reacción igualmente diferente, pero nadie podrá negar que nos alcanza entonces la nostalgia de cuando uno era más esbelto, tenía abundante cabello, se sentía fuerte con los hombros alineados y desafiantes.

Ver a un señor mayor no era la peor cosa, sino la falta de valor para reconocerse en él y sobretodo haber perdido todos sus sueños. Entonces el hombro derecho le comenzó a doler aún más.

martes, 22 de mayo de 2012


Pasos mojados


By Pseudomona

No hay avenida más linda en Buenos Aires
Que Alvear a medianoche de lunes bajo la lluvia
Recorrerla sin nadie a la vista
Caminando tranquila
Sintiendo sólo el sonido del agua
Golpeándote el paraguas
Detenerte interminable en cada esquina
Para observar la magia de la ciudad
También mojándose
Respirar paz y no temer
A nada ni a nadie
Y hasta por un ratito sentirte una reina
En medio de tanta belleza
Llegar empapada hasta La Biela
Que a ésas horas todavía te deleita
Con un café irlandés
Y una galleta de avena.

lunes, 21 de mayo de 2012


Sólo una mirada

By Pseudomona

Me pregunto que será
Lo primero que habrás olvidado de mí
De tanto pensar creo que fueron mis manos
Porque son muy pequeñas
Y también un poco torpes lo sé

Después no habrás querido recordar mi risa
Que nunca fue realmente linda
Mis besos primero y luego mi cintura
Seguro se marcharon detrás
Aunque los dos te gustaban mucho

Un día al levantarte
Y después de mucho esfuerzo
No habrás podido acordarte de mi voz
No importa lo mucho que yo grite
Mis memorias desde aquí

Eso sí hay algo que nunca podrás olvidar
Aunque los años desfilen apretados
Son mis ojos café oscuro
Que de tanto mirarte ya no están
Se marcharon contigo al partir.

domingo, 20 de mayo de 2012


Frío

By Pseudomona

Muda sensación
No sabe explicarse
Permanece allí
Constante, interminable

Ni el vaso de leche tibia
Puede darme el coraje
De levantarme
Y alcanzar mi camino

Simplemente no puedo
Seguir con mi vida
No si no estás
Si estoy sola conmigo misma.

sábado, 19 de mayo de 2012


Jueves en Almagro

By Pseudomona

8:25 Corrientes casi esquina Pringles, una enorme fila sigue a la parada del 26, actitud de larga espera, caras de fastidio en quienes están prontos a comenzar el día. De tanto apuro improvisan un café con leche mientras hacen cola, otros leen el diario o escuchan música, los hay quienes protestan y se quejan del gobierno que los ha llevado a esto, y los peores sueltan maldiciones cuando ven pasar al 26 repleto dejándoles con los crespos hechos.
Yo sigo mi camino pues me levanté temprano, así que me las tomo mejor por Sarmiento.

8:39 Es casi imposible cruzar la calle Medrano, los coches se atropellan unos con otros desesperados bocinazos te taladran los oídos, también transeúntes que circulan como locos y otra vez los colectivos hacen de las suyas y cruzan cuan largos cuando la luz roja impide el paso. Yo no me preocupo sólo en un rato tendré las entradas para el gran concierto que tanto espero.

8:55 Señores con traje, corbata y maletín. Seguro a éstas horas debieran sellar tarjeta, corren y al pasar te empujan y siguen de largo sin pedir disculpas porque parece que en un día así todo se vale. Menos mal que escuché el noticiero que decía que hoy no había que esmerarse mucho en el peinado pues además del paro habría viento.

9:10 ¡Casi me atropella una moto que para colmo venía por la bici senda! Pero entre empujones y desconcierto al fin estoy en María Brava. Qué raro, no han abierto, debe ser por el tráfico que están demorados. Mejor espero un ratito que seguro no tardan. Qué lindo ya casi es el día la mejor banda en concierto, ubicaciones de lujo ¡Qué noche me espera!

9:23 Algo raro pasa porque no han venido todavía. A ver le pregunto al diariero.

-          Señor ¿Sabe Usted a qué hora abren?
-          ¿No vio el letrero acaso? Esta sucursal no atiende hoy por el paro del Subte. Lea, no abrirán sino hasta mañana.

viernes, 18 de mayo de 2012


Visita

By Pseudomona

Hoy pude al fin ir a visitarla, pasó casi un mes desde la última vez que la vi, aquella noche de martes nuestra última guardia, ella pediatra yo generalista. Compartíamos el trabajo de equipo junto a otros, que de seis de la tarde a la medianoche no era tan fluido, pero bastaba que en el reloj se dieran las doce y nos veíamos atiborrados de pacientes hasta por las orejas.
Consultas que habían aguantado al horario nocturno por creer que a estas horas casi a nadie se le iba a ocurrir lo mismo, es así que la esquina conocida donde está ubicado nuestro sanatorio en pleno Barrio Norte estallaba de un rato al otro, la sala de espera colmada de pacientes y sus familiares que solían sentarse a esperar incluso en las escaleras.
Patologías de todas clases: otalgias, faringitis, gripe, dedos magullados, accidentes deportivos, ataques de pánico, problemas para dormir e infinidad de las más variadas afecciones.
Algunos pacientes de tanto ir y venir eran ya viejos conocidos, por ejemplo sabíamos que a eso de las tres de la madrugada nos visitaba casi siempre el Sr. López, excepto cuando estaba de vacaciones, con intenso dolor precordial que un poco era el miedo a morirse y otro poco también a la soledad, así que él consultaba y nosotros le hacíamos todos los exámenes no vaya a ser justo que hoy pudiera sufrir un infarto y nosotros ni enterados.
Íbamos y veníamos durante la noche y parte de la madrugada, a eso de las cinco hasta los pacientes también se habían ido a dormir y generalmente la calma se arrimaba también a la guardia. Pero aquel día no había de ser típico, casi cerca de las seis se escucharon gritos desesperados y bocinazos en la entrada. Del auto mal estacionado descendió un hombre con un nene en brazos, venía corriendo y vociferando, escoltado por los administrativos que tratan de guiarlo al consultorio de pediatría.

No volví a verla después de aquella madrugada, primero por cobarde, nunca quise ir a visitarla mientras estuvo internada en Terapia Intensiva a consecuencia de un  traumatismo encéfalo craneal grave, segundo porque me sentía responsable. Porque cuando ella le explicaba aquel hombre que el nene había llegado sin vida, que era probable que hubiera sufrido una intoxicación con jarabe para la tos…que...
No pudo terminar su explicación, aquel hombre la zarandeaba con fuerza y de improviso la empujó contra la pared.

Sólo pude reaccionar cuando ella se desplomó inconsciente…

jueves, 17 de mayo de 2012


Espejo

By Pseudomona

Cómo se pudiera
Enfrentar al tiempo
Impedir la marcha
De zapatos gastados
En cuerpo lozano

Es inútil el tiempo no hace caso
Escondido en la noche
Dibuja un nuevo frunce
Que desvelada la mañana
Descubre impasible

De pie y serena
De tanto mirarse
Ella no sabe
Si es mujer o niña
O sombra de anciana.

miércoles, 16 de mayo de 2012


La chica de los hoyuelos

By Pseudomona

Lo que más me gustaba de ella eran los hoyuelos que se formaban en su cara cada vez que sonreía y yo de veras me esforzaba para tenerla siempre contenta. Por naturaleza fui un poco gracioso desde la escuela, pero al conocerla y gustarme tanto su risa no podía evitar pasarme todo el día haciendo bromas, me convertí en una especie de payaso para poder verla siempre sonriente.
Nunca pensé que una chica como ella pudiera fijarse en mí, darme el sí primero para salir y después de un tiempo corto también aceptar comprometernos. Si, debo admitirlo. Se sucedieron muy rápido tantos cambios que al cabo de unos meses ya estábamos viviendo juntos en un hermoso departamento que mis padres nos habían prestado en el bajo Belgrano, era un precioso lugar que hasta tenía una pileta en la terraza donde a ella le gustaba pasar las tardes mientras yo me iba a trabajar.
Parecía que nuestra vida había de ser perfecta, éramos tan jóvenes y a mí me acababan de ascender en la empresa donde apenas había comenzado hace poco, con todos los beneficios que aquello significaba.
Nuestra vida juntos transcurría feliz que era imposible creerlo. Pero no suele haber sol sin tormenta y de la noche a la mañana la profunda crisis que se adueñó de Argentina también arrasó con nosotros. Fue el 2001 que no simplemente me dejó intempestivamente sin trabajo sino que hasta mis padres tuvieron que vender nuestro departamento a consecuencia del default tan mentado de aquellos días. Si bien yo tenía algunos ahorros, éstos no alcanzaban para continuar manteniendo nuestro estilo de vida. A ella y a mí no nos quedó más remedio que mudarnos a un escueto departamento en Villa del Parque, de pileta ni mentar, pues aquel no tenía ni siquiera garaje, menos mal, pues también tuvimos que vender el auto y yo estaba en la calle con los bolsillos resoplantes mientras ella me recordaba que se iría con el mismo diablo si tuviera coche.
Fueron días muy duros en los que trataba de ser a todas horas el hombre de la casa, intentando conservar mi sentido del humor pero ésta vez sin éxito, ella se alejaba cada vez más, como cubierta por una cortina deslucida. No importaba lo mucho que podía hacer para mantenerla satisfecha, de pronto se convirtió en sólo una sombra de la chica que hasta ése momento creí conocer.
Una noche, después de un largo día al volver a casa encontré una nota en la mesa de la cocina: “No aguanto más esta vida de mierda. Perdóname”.
Y sin más palabras desfilaron días negros que agujerearon todavía más mi alma y yo no soportaba más la ciudad que me recordaba a ella, fue como entrar en un pozo sin fondo de desesperanza que lo único que me quedaba era también escapar, irme a otro lugar, uno que quedara muy lejos de ella y sus hoyuelos.
Emprendí un viaje, contacté algunos familiares allá en la vieja Italia pero debo estar maldito pues lo que una vez se dio también se repite, es así que ahora luego de once años volví obligado a andar por mis calles, de nuevo a encontrarme con los recuerdos, aunque en la lejanía Buenos Aires dolía cada vez que pensaba en ella, la primera gran decepción que marcó mi vida entera.

De nuevo a las andanzas, noches de piratería sentado estoy con unos amigos en la barra de un bar muy conocido en Cañitas, nos tomamos unas birras que nos hagan más valientes para enfrentar a las chicas que apenas nos ven desfilan moviéndose coquetas. De un momento a otro veo a una que lleva una terrible minifalda con un escote tan marcado que hasta se le ve el corpiño, el pelo corto teñido de rubio platinado y camina cual tigresa mientras agita en la mano una botella, sonríe, saluda y dice ser la promotora de la bebida tal ¿Chicos, quieren probar un poco?

¡Qué suerte que no me reconoce! Se ve que el tiempo también ha hecho estragos en mí, pero eso no importa al verla así no puedo evitar sentir aún más tristeza. Prefiero recordarla con esos hoyuelos en su cara antes ingenua.
¡Maldita sea la crisis que también pasó por nuestras vidas!

lunes, 14 de mayo de 2012


Peggy Lee

By Pseudomona

Fever fue el primer contacto que tuve con ella. La encontré un día mientras buscaba una fiebre especial en el buscador de seis letras porque hasta entonces yo venía de conocer simplemente aquella que le es propia a las enfermedades. Bueno, después de pensarlo un momento me dí cuenta que la fiebre que ella canta también pertenece a una clase de enfermedad, es más puede resultar a veces hasta incurable. Quien no ha sentido en un día de frío de repente un calor sofocante que es capaz de arrasar con todas nuestras reflexiones en un segundo de tan sólo evocar las apacibles facciones de aquella persona que de un rato al otro se apodera de nuestros pensamientos ¿Quién?

I am a Woman tiene tan buen compás que cuando la escuchas debes hacerlo mejor cuando estés solo pues de seguro te asaltaran una ganas locas de bailar que podés quedar muy mal, sobre todo si estás en un lugar serio. Después seguro que pensarás que si bien fue escrita hace tantos años, describe a la mujer tan bien como pocas.

Call me Darling debe reservarse para una velada especial en la que ella se ponga un gracioso vestido sin mangas y lleve el pelo mejor si es recogido, así se verá también un poco mágica como la noche estrellada y pueda bailar con él que le toma del talle y le mira a los ojos mientras giran ésta melodía que será el regalo más sensual de una noche inolvidable.

Is that all there is? La eterna pregunta que suele atormentarnos cuando pensamos acerca de la vida, mientras le damos preocupados un vistazo al pasado y sin dejar de mirar con desconfianza al futuro intentamos hacer también un poco diferente nuestro presente, por eso ella lo dice tan magnífica que dan ganas de seguirla a cada nota aunque estés como yo, en un café colmado de gente que también te mira extrañada pues debe pensar que estás un poquito loca.

domingo, 13 de mayo de 2012


Llegó la noche

By Pseudomona

Pregunto en tus ojos y no me dan la respuesta
Tampoco el beso de tus labios suave mariposa
Puede aclarar la duda que arde encendida
Sos tan mío ahora nuestra última velada
Me consume no saber donde andarás mañana

Me tomas de la mano y ya siento la púa
Pronto te irás en un largo adiós
Sin plazo sin promesa sin ilusión
No sé si realmente podré continuar yo
Pues con tantos momentos se necesitan dos

Por eso te pido llévate también tus recuerdos
Que seguro dolerán cuando no esté más a mi lado
Vos te ríes no suele haber tristeza en el que parte
Tal vez porque fácil es encontrar otra ilusión
Brazos ansiosos que también te estrecharán como yo

Mientras tanto seguiré en aquel rincón
Aquel en el que también un día te conocí
Pensando que palpitando estás en algún lugar
E imaginaré también alguna madrugada
Que nosotros volveremos a juntarnos.

sábado, 12 de mayo de 2012


Pétalos de margarita


By Pseudomona

¡Son una flor de hijos de su madre! Protestaba cada mañana cuando se levantaba y buscaba el par de medias que juraba había dejado allí la noche anterior, sin darse cuenta que era una total desorganizada. Los culpaba de esto, de aquello, y obvio de llegar tarde al trabajo todos los días.
Es que a sus años de edad y toda una vida de soledad, casi no le quedaba alegría alguna. Tenía un rictus permanente que afeaba de tal manera sus arrugas, que no se podía mirarla de cerca sin dejar de pensar que en cualquier momento pudieran de ella salir fulminantes ráfagas que de seguro te dejarían seco en un instante.
Su carácter agrio le había hecho fama en el viejo edificio, que cada vez tenía menos vecinos conocidos y llegaban todo el tiempo nuevos inquilinos. Estos advertidos, procuraban no acercarse demasiado ni siquiera al cruzarla en los pasillos.
A ella todos los días se le parecían en una desesperada rutina, ninguna gracia, ninguna risa, parecía que el invierno era invierno eterno y le duraba cuan largo era el año.
Por eso después de haberse peleado con todo aquel de carne y hueso, comenzó imaginarse todavía más enemigos que sólo vivirían en su pensamiento, así podía descargar su odio en todo momento.
Aquel día salía como de costumbre rumbo al trabajo cuando apareció en su puerta un pequeño ramo de rosas que venían primorosamente envueltas en un delicado papel color manteca, que inclusive a ella le parecieron lindas, se sonrió bien para sus adentros, pues era su costumbre no demostrar ningún sentimiento agradable. Las alzó sin que nadie la viera y comprobó que el regalo no traía tarjeta.
A partir de entonces comenzaron a llegarle una día un muñequito coloreado de madera que parecía estar pintado a mano, un paquete de gomitas comestibles de sabores frutales, un pequeño cactus de ésos que adornan las oficinas y no necesitan muchos cuidados, un suave pañuelo de colores brillantes y la lista siguió en adelante a lo largo de varias semanas, como siempre sin tarjeta ni dedicatoria.
Al principio procuró no prestar demasiada atención a los obsequios que se asomaban a su departamento, pero era inevitable no manifestar algo de contento. Comprobó que era cierto lo que alguna vez había escuchado por ahí: no se puede odiar a quien te está queriendo.
Poco a poco comenzó a experimentar un raro sentimiento que le hacía sentirse un poco menos triste y más acompañada, pues había una persona que pensaba tanto en ella y que no esperaba nada, sólo alegrar su mirada. Entonces comenzó a imaginar quien pudiera ser aquel que no se mostraba todavía, comenzó por dibujarle primero una sonrisa, unos ojos color almíbar, unas manos fuertes pero que seguro no lastimaban sino hacían caricias, unos brazos cálidos que pudieran levantarla cuando ella esté cansada y subirla también alguna vez por las escaleras como en las películas blanco y negro que ella veía cuando era niña…

Esperó totalmente decidida aquella noche, ya no podía soportar la intriga de vivir así desprevenida. A eso de las 2 de la madrugada, cuando reinaba en el edificio la total obscuridad y el silencio, unos mansos pasos se acercaron por el estrecho pasillo, justo en ése momento ella abrió la puerta para descubrir al vecino del séptimo A, que le sonrió con dulzura desde su cara sorprendida pues a ésa hora le traía ésta vez un ramo de margaritas y pudo comprobar también que existen manos fuertes que no lastiman sino hacen caricias.

viernes, 11 de mayo de 2012


El por qué de los carteles rojos

By Pseudomona

Aquella tarde se habían sentado por primera vez en la mesa de negociaciones. Tardaron mucho tiempo en animarse a formar un gremio, uno que convoque a todos los galenos de la actividad privada, pero al fin estaban el Presidente, el secretario general y el asesor legal sentados en la mesa de paritarias. De tantos motivos que se pueden mencionar para justificar no haberlo hecho antes, probablemente sería más sincero reconocer que internamente estuvieron muchos años desorganizados. Pero de un modo u otro a más de tres décadas de que se sucedieran los cambios sociales que modificaron sus actividades, ellos también quisieron hacer oír sus demandas.
¿Qué los habrá llevado ésta vez ha cometer éste acto de total rebeldía? Será tal vez el cansancio de tantos años de mantenerse al margen.

El pasado fue un tiempo crucial en la toma de decisiones gubernamentales respecto de las políticas de salud, en aquel entonces se aceptó de buen grado el advenimiento de la medicina prepaga con múltiples convenios que desviaban fondos que antes estaban destinados a dotar de recursos a los hospitales públicos. Todos los cambios se sucedieron solamente hace pocos años cuando se instalaron en el país grandes empresas de capitales.

Ellos estaban allí, en representación de la gran mayoría de profesionales de la capital que al fin había reconocido al reclamo como único remedio de ésta incurable enfermedad. En medio del abuso y el descontento, casi todos se habían adherido al movimiento, logrando que se les reconozca la personería jurídica como agrupación sindical única en su género, por primera vez en la historia de Argentina.

Cuando les tocó hablar, presentaron con lujo de detalles un exhaustivo informe que dejaba ver cómo habían crecido las ganancias del sector a lo largo de los últimos años, cuánto había aumentado la cuota de los afiliados y cuánto era lo que realmente a ellos les estaban pagando, denunciando además el trabajo en negro al que se hallaban sometidos muchos colegas. Esto último sin duda puso la piel anserina a los representantes y empresarios de las entidades mencionadas, que jamás pensaron que se podían tabular así los datos y evidenciar en forma clara que habían enriquecido sus arcas a costa de pagarles un salario vergonzoso, mientras siguen pululando por doquier clínicas que dicen llamarse privadas.
La cosa no terminó ahí, el Presidente de la asociación, exigió que el sector reconozca los años de antigüedad trabajados, los títulos de la especialidad, las licencias para la asistencia a jornadas y congresos, el trato preferencial a las unidades de guardia y fin de semana, etc, etc.
Habían aguantado tantas décadas y en sólo una tarde, no les tembló la voz para denunciar lo que ya no puede aguantarse.

Llovió durante toda la semana, apenas se podía ver a causa de la tormenta cuando ésa noche el Presidente salía de la clínica habiendo finalizado su guardia y mientras se dirigía al estacionamiento donde había guardado su coche, según las noticias, fue interceptado por dos delincuentes armados que en cuestión de segundos lo llenaron de balazos. En vano se lo trasladó a sala de urgencias para intentar reanimarlo, fue muy tarde, pues él ya había cruzado el río en la barca oscura del barquero. Lo que no dijeron los medios es que a él no le habían robado nada y que también desapareció el cuidacoches que en principio indicó que al parecer lo estaban esperando.

Es por ello que Buenos Aires hoy amaneció con grandes carteles de letras rojas empapelando sus principales esquinas. Porque no habrá más voz silenciosa. ¡Nunca más!

jueves, 10 de mayo de 2012


Insomnio

By Pseudomona

Quisiera decir que me levanté temprano
Pero ni siquiera he dormido
Toda la noche despierta
Pensando que apenas llegaste
Y ya te vas
Ya casi estás partiendo

Intenté explicar nuestro encuentro
En éste laberinto inmenso
Que significan nuestras vidas
Me resisto a agitar el adiós
¿Será este el fin o el principio?
¿Te volveré a ver o solo imagino?

Apenas llegaste y ya te vas
Ya casi estás partiendo
Recuerdo tus manos, tus dedos
Tu boca, tus labios
Tu pelo, tu barba
Tu voz, tu olor, tu sombra…

miércoles, 9 de mayo de 2012


Luz

By Pseudomona


Conocer al sol radiante
No al del cielo
Sino al verdadero
A ése ser real
Puede alumbrar incluso
La soledad más triste

Pasarás muchos años
Y hasta toda una vida
Pensando que lo conoces
Pero no te equivoques
Lo sabrás el día aquel
Que sus caminos se crucen

En ése preciso instante
En que te mire a los ojos
Vos sentirás
No sé como ni por qué
Incluso si es de noche
Que recién está saliendo el sol.

martes, 8 de mayo de 2012

Un pequeño paraíso

By Pseudomona

Hoy de mañana estuve de visita en uno, no muy grande, yo diría que hasta chiquito, de ésos que aún podemos soñar nosotros los simples lectores. Escaleras de madera que invitan a acercarse y no se puede evitar sentir aunque tan sólo un ratito, el enorme placer de estar curioseando aquí y allá interminable.
De pronto lo veo, apretado en medio de dos más grandes y fornidos que él. Quizás porque también soy menuda o tal vez media indiscreta me incliné a mirarlo, observarlo de nuevo y al final liberarlo del gastado estante de libros usados.
Lucía tan frágil y descuidado, puntas ajadas, hojas pajizas. De su cubierta original no quedaba más que un delgado tapiz magullado. Al mirarlo se puede adivinar de inmediato que por él han pasado miles de ojos con sus dedos hasta que al final quedara sólo, en el flagrante descuido. Y seguro que entonces habrá hecho felices a no pocos muchos.

Si bien su cuerpo antes fuera recio y ahora desvalido, sorprendente aún conserva su alma rebelde, que ha soportado de pie e impasible la llegada de alguien que lo acaricie un poco, lo huela también y al final en la noche de nuevo lo lea.

lunes, 7 de mayo de 2012

Café Bar Roma

By Pseudomona


Hay un lugar por donde el tiempo pasó
Bastante más rápido que en el resto del barrio
Es cuando Anchorena conoce a San Luis
Vieja esquina de Balvanera
Donde las horas no caminan sino corren
Y veloces pasan también por sus dueños

Todo es servido como en las cantinas de antes
No, aquí no hay envases de plástico
De gaseosas ni aguas saborizadas
Tampoco vasos o platillos descartables
Y en el fondo rítmicamente se puede sentir
El eterno trabajar de una vieja cafetera

Durante las mañanas grises como ésta
En que Buenos Aires poco a poco se deshoja
Eternos clientes sientan sus cansinas charlas
Y miradas nostálgicas en antiguas patitas de madera
Seguramente estarán sorprendidos de cómo
Vertiginosamente cambia la vida y ellos siempre igual
Año tras año de la misma manera.

domingo, 6 de mayo de 2012


Amigas

By Pseudomona

Muy entrada la tarde en mayo ¡Hace tanto tiempo que no nos vemos! Un fuerte abrazo, serán casi seis meses ¿No? Si, aunque vivimos sólo a unas horas de colectivo, entre el trabajo, la rutina y otras cosas apenas pudimos hacer un espacio éste día para poder encontrarnos y volver a estar juntas.
No importa que nos hayamos escrito mails y mensajes de texto semana tras semana y yo sepa hasta el último detalle de las salidas que tuviste con el chico aquel, que al final se fue como tantos otros que fueron y vendrán. Yo estuve ahí como ahora para llorar un poco también contigo.
¡Dale! No te pongas triste. Ya vendrá otro con quien realmente puedas ver el horizonte. Ya sé, es muy pronto. Mirá, traje el Luigi Bosca que a ti te gusta: Malbec, como buen Argentino que es y el asado del Campechano que seguro te podrá alegre de nuevo. Vení, sentate a mi lado, tomate una copa y brindemos por las cosas buenas que nos esperan. Tengo una idea ¡Escuchemos música añeja! Aquella que nos hace soñar y creer que también somos un poco princesas.
¿Te gusta éste tema? Claro que sí, te estoy viendo la sonrisa de nuevo cuando suena The Ronettes con Be My Baby y enseguida nos ponemos a cantar. Olvidamos un poco las penas. ¿Viste? Es más fácil si estamos juntas. No sé si es el vino u otra cosa pero terminamos bailando y soñando de nuevo satisfechas.

No siempre se puede tener todo. Pero eso si, amigas como nosotras seguro no se encuentran así de fácil.
                                                                                        

sábado, 5 de mayo de 2012


 Cuando te vuelva a ver

By Pseudomona


No hará falta que me digas
Si en verdad me extrañaste
Si todo este tiempo
También estuviste pensando en mí
Bastará mirarme en tus ojos
E inmediatamente lo sabré

No harán falta explicaciones
De por qué estuvimos
Alejados tanto tiempo
Tampoco será necesario
Que me digas otra vez
Que te gustan mis silencios
 
Volveremos a ser uno sólo
Como la noche y el día
Nos besaremos tanto
Que habrá valido la pena
Esta ansiosa espera
De querer abrazarnos

Guardaré para ti
Los mejores momentos
Pues será justo a mitad del año
Cuando llegue de nuevo el verano
Y nosotros volvamos a pasear
Tomados de las manos.

viernes, 4 de mayo de 2012

Cita especial

By Pseudomona


De todos los CDs del mundo pongo el que más me gusta y creo que a ti también. A media luz gira Crazy de Patsi Cline: I am crazy for feeling so lonely...
Me dirijo a la cocina y traigo de la alacena un viejo Cabernet Sauvignon. ¡Quien sabe desde cuándo lo tengo guardado! Hasta tiene un poco de polvo. Rey de los vinos. Vestido negro de broderie, el pelo crecido casi me llega a la cintura y en los labios manteca rosa de cacao.
¡Nuestra mesa está tan linda! Bocaditos de comida rápida ¡Hay de todo! Hasta las papitas, ésas que a vos tanto te gustan.
Estás callado, más que de costumbre; pero ¿Por qué no me cuentas cómo estuvo tu día? No dices nada, mientras yo voy descorchando el vino sólo me miras fijamente de frente misterioso.
Bueno, voy a empezar yo: ¡Mi día estuvo terrible! Comenzó la temporada alta no cabe la menor duda. ¿Sabes? Cada vez hay más trabajo. No me canso de pensar y pensar en los múltiples diagnósticos diferenciales de las enfermedades, pero cómo extraño los días en que también podía hablar con los pacientes y hasta reírme con sus anécdotas. Te puedo asegurar que contarlas de verdad les gusta aunque estén internados y más a mí escucharlas.
¿Te acuerdas del estudio de aquel medicamento que te había comentado? Bueno, al final no se pudo, quedó todo tal cual, no por falta de ganas sino por una cosa y luego otra, ya sé, no debía haber bajado los brazos, debí haber continuado yo sola, pero talvez no soy tan fuerte como vos piensas.
¡Ah! Algo que te hará reír: ésta mañana descubrí mi primera cana. ¿Lo puedes creer? La edad me vino con ganas, la miré primero asustada después me encariñé con ella y definitivamente no voy a arrancarla porque es parte de mí. ¿Piensas que me queda mal? Yo digo que no, que me sigan saliendo canas unas tras otras, no pienso teñirme el pelo ¡De ninguna manera!

Vos sigues en silencio, no dices nada y yo sigo parloteando. ¿Qué puedes decir? ¡Qué! Si tan sólo eres una fotografía.

jueves, 3 de mayo de 2012

La calle de los suspiros

By Pseudomona


Piedras redondeadas
Infinitamente ancianas
Hacen piso cuesta arriba
Van apiñadas unas con otras
Resistiendo a las horas
En su lento marchar
Que justo por aquí
Rondan menos bulliciosas

Puertas oxidadas y tapiales
Resguardan sueños de a dos
Desde épocas añejas
Cuando la tímida luna
Nacida próxima
Alumbra aún más intensa
Las ilusiones furtivas
Que ellos beben boca a boca

Manos nerviosas se estremecen
Se aprietan conociéndose
Tórrida sensación
De pulso en sus dedos
Por hermosa primera vez
Ojos que se arriman tanto
Difícil es decir ahora
Cuánto es que se miran

Los confunde un abrazo
Amarrados están los dos
Con un lazo invisible
Y en toda la calle
No transita nadie
Regocijos hacen posible decirse
En secreto como un susurro
Pronto te volveré a ver.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Nostalgias
By Pseudomona

Aquel barcito, que en realidad es más que eso, se encuentra escondido en pleno muelle de Colonia, varios árboles dan sombra y jamás te cansas de mirar el paisaje.
De un momento a otro observas la figura de una mujer tranquila, sentada a unos metros de vos, casi a tu lado pero de costado. Puedes intuir por las arrugas que insinúan sus manos que ella tiene muchos años encima y de reojo también has podido notar que sostiene con apego lo que parece ser un libro de poemas.
Concentrada en su lectura, de rato en rato hace un pequeño descanso levantando sus ojos hacia cielo y se queda colgada unos minutos, como quien repasa situaciones y momentos, entonces con un viejo lápiz hace algunos garabatos en una servilleta de papel y vuelve de nuevo a sumergirse en sus misteriosas letras.
Te invade entonces tanta curiosidad como simpatía que quieres saber cuál es el nombre del libro y de qué trata: el olvido se hace presente en una obra de Benedetti. Enseguida te imaginas lo que ésa mujer probablemente esté haciendo es recordar y también se estará dando cuenta lo difícil que resulta el día a día, cuando el tiempo pasa implacable también por una misma.
Te acercas un poco más y se te ocurre que lo que está escribiendo pudiera ser algo como esto:

El olvido es una rata de dientes afilados
Poco a poco se come los recuerdos
Primero comienza por uno dulce
Y después sigue con otro salado
Su puntiaguda cola de aguijón
Espolea rapaz al corazón
Mordisquea las ganas en tu pecho gastado
Dejándote sólo hojas blancas
Ojillos refulgentes en el fondo del cajón
Donde guardas también tus sentimientos
Que no aguanta su paso de tropel
Y van quedando descoloridos
Paisajes desdibujados

Ella se ha puesto más triste y no es justo, pues éste paisaje es tan hermoso que no se puede permitir que las palabras que salen de un libro la dejen de ésa manera ¡Todo es culpa de Benedetti!

Menos mal que te llaman, ya nos vamos, vos vas de prisa pero no puedes evitar darte vuelta y mirarla; triste con su libro allá sentada cuando el sol casi…casi se esconde en medio de los árboles.

martes, 1 de mayo de 2012


Quince segundos

By Pseudomona

Despiertas cual si fuera un espejismo en un lugar que no es tu despoblado departamento, sino una preciosa estancia que sin duda tiene de todo y hasta lo que nunca creíste apreciar: la posibilidad de observar cómo se sosiega el río mientras se entrega al mar y el sol que los mira envidioso desde el otro lado del cielo.
Más de lo que pudieras conjeturar, aunque como sos una simple mortal pensás que sería perfecto si también tuviera el cálido abrigo de tu hogar. Quizás por eso no quieres desayunar en el piso 25 donde todo está dispuesto con múltiples detalles que sin duda te hacen creer que no sos vos, sino una princesa de un cuento de hadas que ha llegado de visita.
Abriguito rojo nos vamos para afuera, sólo te basta con tu pequeña computadora que también está deseosa de transitar alguna red extraña, por ello sales de prisa como quien escapa de una noche de ensueño en busca de un lugar tradicional en Montevideo.
¡No lo puedes creer! El piso está inundado de guardias sigilosos por todos lados y es que también se ha hospedado una joven cantante a quien se ve que los adolescentes del mundo adoran.
No importa, bastará sortear todo esto y una vez afuera será otro cuento. Mal cálculo ¡El hotel está rodeado! Cientos de fans por todos lados y vos dices que debe tratarse de una broma y la idea de un lindo descanso, al menos por un momento tendrás que dejarlo para otro rato.
Salir por la puerta del segundo subsuelo no es una buena opción pues todas están cercadas, ni modo tendrás que volver a la planta baja: la puerta principal y salir de cara a las niñas que gritan: ¡Te queremos! ¡Te queremos!

Y vos te reís, pues te sacan muchísimas fotos, cuando vos sabes que simplemente sos una turista en el sitio equivocado.