El retrato
Hoy por la mañana
una muchacha joven de unos veintitantos años, guapa, muy bien arreglada, que
traía un libro en la mano, se presentó en mi estudio fotográfico.
Me gustaría
hacerme un retrato, dijo, pero no uno cualquiera sino el retrato perfecto,
poniendo énfasis en perfecto, y sobretodo debe ser capaz de transmitir
un mensaje.
Sí, me
gustaría que quien vea la foto piense en una persona inteligente,
con sentido del humor, aventurera, misteriosa, todo eso junto..., pero no
tanto. ¿Comprende?
Moví la cabeza, no
estando muy seguro. Los clientes cada vez se la ponen a uno más difícil.
Nos pusimos manos
a la obra e hice varias tomas de ella. Probamos diferentes fondos y poses. Con anteojos, con el pelo al costado, estudiando
un punto fijo y así por el estilo. La verdad que la muchacha era muy fotogénica
y juntos hicimos un buen trabajo. Cuando dí por terminada la sesión, ella
eligió en la pantalla las fotos que más le habían gustado. Quedé de tenerlas
listas para el día siguiente y justo cuando le estaba cobrando la seña, ella dijo:
Seguro que se estará preguntando para qué quiero el retrato, ¿no?
Wooow dije
gratamente sorprendido, espero estar a la altura. Y ya que ella había
comenzado a contármelo, quise saber un poco más. ¿Y cómo se llama el libro?
Ella puso cara de
inteligente, con sentido del humor, aventurera, misteriosa, todo eso junto..., pero
no tanto y dijo: Le haré saber..., no lo he escrito todavía.