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lunes, 9 de julio de 2012


Pas de Deux
(Segunda Parte)

By Pseudomona

Haciendo nuevos amigos en la primera fila, asiento diecinueve del Teatro Coliseo. Las señoras han venido con ramos de flores para la primera bailarina y los señores visten trajes elegantísimos y tienen preparados los: “Brava”, “Magnifique”, “Bravi”, etc.
Les parece muy curioso que yo no haya traído nada y que no sea periodista, ni crítica, pero me conozca de memoria desde el primero al último acto. Que sea tan sólo una chica, que viene a ver en persona a aquella delicada bailarina venida desde Kiev y que ya conoció siendo niña. Obvio que no lo digo, podría parecer muy raro…es muy raro, lo sé.
El negro telón se abre y adivinen quien aparece, si, nada menos que Don Quijote, sobrio y altísimo tal cual lo describiera Cervantes, tan flaco es que podría partirse allí mismo…luego en medio de piruetas y metidas de pata, entra el siempre amado Sancho Panza…tendría que poseer un arte descriptivo poco usual para narrar en palabras lo que sólo se puede sentir en el alma, como no tengo ni la pericia ni el talento voy a dejar que ustedes se lo imaginen.
Desfilaron las mozas, los toreros, las gitanas...y entre sedas y organzas de colores el tiempo se pasó volando en un acto y el otro. No tengo voz ni tengo brazos y casi no me alcanza el aliento…una que otra lágrima rebelde se me escapa de los ojos, me pasa siempre que observo algo bello…qué le voy a hacer, al fin y al cabo soy sólo una mujer.
Sublime la llegada de ellos dos que bailan tan sincronizados…armonizados, mientras el da un paso ella hace un giro, mientras él la mira, ella sonríe, van de la mano danzando, girando, soñando…es el Pas de Deux que relata el amor entre un hombre y una mujer despojados de todo convencionalismo, de las experiencias pasadas buenas y malas, que juntos se entregan cual si estuvieran desnudos, son sólo un hombre y una mujer que después de tantas contrariedades siguen más juntos que nunca, sin nada que temerle al futuro pues tienen la certeza de donde está uno estará el otro.

Así lo entiendo y siento un nudo en el corazón porque me doy cuenta que el amor es eso: estar sincronizados…los dos, bailar al mismo tiempo ¡Bravo! ¡Bravísimo!