Sábado 21 horas
By Pseudomona
Afuera el viento
quiere remover las paredes, los árboles golpean a la lluvia ferozmente con sus
hojas y ésta se desata enojada sobre el parque. Mal día para reunión de amigos.
Ella y yo
traemos el cabello revuelto los vestidos empapados, vamos cargadas de cosas y obviamente
llevamos media docena de Stellas y CDs varios por si acaso bailamos. El nos espera bien preparado, ya ha pelado las
papas y cortado bien las rabas, qué gusto volver a juntarnos. Nos abrazamos ¡Hace tanto tiempo!
¿Un poco de
cerveza? Claro, nos sentamos en la mesa de la cocina. Ella, Camila está bien contenta,
comienza a hablar presurosa poniéndonos al tanto de las últimas novedades que
el amor le ha traído. Tamara arriba
enseguida y viene con una espectacular cámara para guardar nuestro encuentro.
¡Qué rica
la comida! Pruebo primero las rabas, después las papas fritas a la provenzal
que realmente están deliciosas. ¡Cómo me gusta el orégano fresco! Mientras escuchamos
música, hablamos de nuestras familias, nuestros problemas, fugaces alegrías y
también hacemos planes. ¿Qué tal un
viaje a Tandil durante el fin de semana? Sería fantástico, que buena idea, vamos
todos juntos y además llamemos a Daniel, Nadia y al Ruso, que ya habrán vuelto
de sus vacaciones y seguro vendrían contentos, así completos todo sería tan
divertido.
El, Gustavo
sorprende al momento del postre con riquísimos chocolates que escogió para
nosotras en su viaje al fin del mundo donde recientemente ha estado. Y nos muestra fotos de Ushuaia que nos dejan
asombradas, tanta belleza junta no puede caber en un solo lado.
Camila ahora
nos cuenta de su árbol genealógico, entre todos la cargamos con bromas porque
de tan grande que es, resulta que ya no parece ser un simple árbol sino un
bosque frondoso y nos reímos a carcajadas. Tamara dice algo así como que es
bueno tener una relación tranquila, pero que a veces también es bueno que el
otro demuestre algo de celos para hacer más interesante una relación ¿Que
opinan los demás? Y diversas opiniones se desparraman sobre la mesa.
Suena un
buen Blues contagioso que endulza más el vino que ha sido traído especialmente
para la ocasión desde el norte Argentino en un viaje de paseo y así la noche
sigue, entre bromas, anécdotas y cosas queridas.
Qué bueno
enterarse que una tiene tan buenos amigos, que puede contar con ellos y que además
cocinan tan bien que pienso, feliz de mí que no puedo hacer nada, ni siquiera
hervir bien el agua.