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sábado, 16 de noviembre de 2019


Sobre los libros de cuentos

Soy una irremediable lectora de cuentos, raramente, con pocas excepciones soporto las novelas. No se trata del ahorro en la extensión sino más bien de la maestría con la que el escritor en muy pocas hojas, logra transmitirnos con claridad un mensaje que integraremos a nuestras vidas, tal cual lo hubiéramos vivido personalmente; una serie de emociones interminable e infinita.
Mi libro de cuentos favorito es Nueve Cuentos de Salinger, lugar que ahí no más van peleando Bestiario de Cortázar, Nadie Encendía las Lámparas de Felisberto Hernández y El Exilio y el Reino de Camus. He releído cada uno de ellos varias veces y más por disfrute que por curiosidad, incluso, con dificultades, en más de un idioma. Pero no hay Lengua en la que Nueve Cuentos nos haga perder siquiera un poquito de entusiasmo; te conquista en español, te seduce en francés, te encanta en alemán y te fascina en inglés. Rotundamente.
Si bien se podría decir que todos los cuentos escritos, reunidos y publicados por un mismo autor en un libro, comparten atmósferas, moralejas, recuerdos, visiones sobre la vida, etc., cada uno de ellos es totalmente independiente del otro, despertando a la vez un tipo diferente de emoción. Así es como concibo yo a un buen libro de cuentos.  
Pero hoy en la mañana, entre un click y otro me fuí metiendo en el universo de libros de cuentos ganadores de certámenes de escritura famosos y recientes. Me gusta de vez en cuando espiar por ésa rendija a la literatura de cuentos contemporánea. Así es que por ejemplo hace un par de años, tuve un encuentro sorprendente con El Matrimonio de los Peces Rojos de Guadalupe Nettel o conmovedor con La Composición de Sal de Magela Baudoin.
Pero, decía, hoy pude percartarme una vez más del crecimiento de un fenómeno que se viene dando durante algunos años, no sabría decir exactamente desde cuándo. Los escritores de cuentos que llamaríamos “profesionales”, han estado reuniendo historias parecidas en un mismo libro, donde a veces incluso el protagonista es el mismo personaje. O que el cuento número dos es la continuación del cuento uno y la antesala del cuento tres y así por el estilo. 
Es más, en un par de entrevistas (a dichos autores) que luego pude ver, se nos recomienda (a los lectores de cuentos) la forma correcta de leer un libro de cuentos, que vendría a ser en el órden en el cual está impreso “para que no se pierda el hilo de libro y la experiencia al terminarlo sea mayor”.
Yo me pregunto ¿Cómo pueden pretender que un libro de cuentos deba ser leído en un órden determinado? ¿No es precisamente el tomarlo y abrirlo al azar en cualquier parte de él, lo que hace que nuestra experiencia sea tan entrañable? Y definitivamente, no se debería escribir una novela, luego separarla en capítulos y pretender que cada uno de ellos sea un cuento. 
Pienso que debemos detenernos a recordar que un cuento es un cuento y una novela es una novela. No se deberían traspasar sus fronteras. Y si bien ambos son propiedad de la narrativa, son tan diferentes entre sí, como lo somos la vecina de al lado y yo.