Sobre los libros de cuentos
Soy una irremediable lectora de cuentos, raramente, con pocas excepciones soporto
las novelas. No se trata del ahorro en la extensión sino más bien de la
maestría con la que el escritor en muy pocas hojas, logra transmitirnos con
claridad un mensaje que integraremos a nuestras vidas, tal cual lo hubiéramos
vivido personalmente; una serie de emociones interminable e infinita.
Mi libro de cuentos favorito es Nueve Cuentos de Salinger, lugar que ahí no
más van peleando Bestiario de Cortázar, Nadie Encendía las Lámparas de Felisberto Hernández y El Exilio y el Reino de Camus. He
releído cada uno de ellos varias veces y más por disfrute que por
curiosidad, incluso, con dificultades, en más de un idioma. Pero no hay Lengua en la que Nueve Cuentos
nos haga perder siquiera un poquito de entusiasmo; te conquista en español, te seduce
en francés, te encanta en alemán y te fascina en inglés. Rotundamente.
Si bien se podría decir que todos los cuentos escritos, reunidos y publicados por un mismo autor en un libro, comparten atmósferas, moralejas,
recuerdos, visiones sobre la vida, etc., cada uno de ellos es totalmente independiente
del otro, despertando a la vez un tipo diferente de emoción. Así es como concibo
yo a un buen libro de cuentos.
Pero hoy en la mañana, entre un click y otro me fuí metiendo en el
universo de libros de cuentos ganadores de certámenes de escritura famosos y recientes. Me
gusta de vez en cuando espiar por ésa rendija a la literatura de cuentos
contemporánea. Así es que por ejemplo hace un par de años, tuve un encuentro sorprendente
con El Matrimonio de los Peces Rojos de Guadalupe Nettel o conmovedor con La
Composición de Sal de Magela Baudoin.
Pero, decía, hoy pude percartarme una vez más del crecimiento de un fenómeno
que se viene dando durante algunos años, no sabría decir exactamente desde
cuándo. Los escritores de cuentos que llamaríamos “profesionales”, han estado
reuniendo historias parecidas en un mismo libro, donde a veces incluso el protagonista es el mismo personaje. O que el cuento número dos es la continuación del
cuento uno y la antesala del cuento tres y así por el estilo.
Es más, en un par
de entrevistas (a dichos autores) que luego pude ver, se nos recomienda (a los lectores de cuentos)
la forma correcta de leer un libro de cuentos, que vendría a ser en el órden en el cual está impreso “para que no se pierda el hilo de
libro y la experiencia al terminarlo sea mayor”.
Yo me pregunto ¿Cómo pueden pretender que un libro de cuentos deba ser
leído en un órden determinado? ¿No es precisamente el tomarlo y abrirlo al azar
en cualquier parte de él, lo que hace que nuestra experiencia sea tan entrañable? Y definitivamente, no se debería
escribir una novela, luego separarla en capítulos y pretender que cada uno de
ellos sea un cuento.
Pienso que debemos detenernos a recordar que un cuento es un cuento
y una novela es una novela. No se deberían traspasar sus fronteras. Y si bien ambos
son propiedad de la narrativa, son tan diferentes entre sí, como lo somos la vecina de al lado y yo.