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lunes, 29 de septiembre de 2025

 

La Rotante

En uno de los bolsillos de mi mochila negra, ésa que cargo conmigo a todos lados, es de verse un broche pequeño, dorado de flores lilas. Ése broche es un recuerdo apreciado, regalo de una persona, con la que compartí cuatro intensas semanas de aprendizaje; una persona, que como yo, hablaba español como idioma materno (aunque hasta el último día, no hubimos hablado más que en alemán) y le encantaba la oncología torácica.

Me la encontré a ella, la Rotante, sentadida, esperándome puntual a las 08:00 de la manaña, de aquel primer lunes del mes, cómo se había acordado, en la sala de espera de la secretaría del departamento. Cuando la conocí, vestía un vestido largo de verano, tan largo que rozaba el suelo, lucía espadriles y tenía los cabellos sueltos, ondulados y negros, que le quedaban colgando por debajo de la cintura. Éso sí, tenía un guardapolvo bien planchado, con su nombre bordado, después me enteré por su abuela, que decía: Dra ***** Rotante de Pulmonología.

Yo tengo toda la práctica en ésto de recibir a los colegas que vienen de todos lados, ya sea estén de visita, sólo por un día, una semana o como la Rotante,  vengan del extranjero y hayan acordado cuatro semanas de rotación. A veces, por mera coincidiencia, no sólo tengo que encargarme de una sola persona, sino de dos, así que entre ellos y los pacientes, casi nunca me queda tiempo para estar sola, conmigo misma.  

A éso de las nueve de la manaña del mismo día, la Dra ***** vestía ya el ambo verde claro, uniforme del hospital, tenía el cabello bien amarrado en una coleta y ya nos encontrábamos juntas en pleno trabajo.

Las cuatro semanas de rotación, a pesar de haber sido intensas, se fueron volando. No hubo reunión médica en el hospital, en la que no hayamos estado. Fuimos juntas a todos lados, incluso de visita con los cirujanos, hasta nos colamos en la conferencia de las enfermedades intersticiales pulmonares, en la que debo reconocer, casi me quedé dormida.

Como rutina diaría, al terminar el día, ella me ayudaba a acomodar las carpetas de los pacientes que vendrían el día siguiente, y mientras yo me quedaba a escribir las cartas médicas, le daba el visto bueno, para que como a las tres de la tarde, se fuera a casa.

Aquel día, el último, a pesar de ya habernos despedido, ella se ofreció a traerme un café, para lo cual era necesario ir escaleras arriba a la estación número cinco. No sólo volvió con un café en una taza gigante, de las que a mí me gustan, sino que además por iniciativa propia trajo unos chocolates que le convidaron las enfermeras y me los ofreció. Debo confesar que a mí no me gustan los chocolates, así que los engullí rápido de un bocado. Luego, abriendo su cuadernito, dijo que quería traducir del alemán al español las cosas más importantes que había aprendido y se instaló en la mesa a mi lado. 

Yo ví de reojo, lo que ella iba escribiendo y como título bien grande puso, lo que el gran Profesor Dr. Carlos Cotone me dijo, allá en la Cuarta Cátedra de Medicina Interna del Hospital de Clínicas José de San Martin de la Universidad de Buenos Aires: “Cultivar el fuego sagrado de la medicina”.


sábado, 27 de septiembre de 2025

 

Monkey Business

Kommt regelmäßig zu Ihnen, ihrer schmeichelhafter Kollegen, mit einer bestimmten Aufgabe und bittet zwar um Hilfe, aber am Ende lässt doch die ganze Arbeit bei Innen liegen, nach dem Motto, Sie kennen sich am besten, wie man es richtig macht? Und nicht so selten setzen Sie doch ein paar Stunden mehr, aus diesem Grund bei der Arbeit? Wenn ja, ich muss Ihnen leider mitteilen, dass Sie da ein Problem haben.

Ich habe Bernd Geropp zum ersten Mal wegen eines anderen Grundes begegnet, als ich diese schwere Phase durchgehen musste, und zwar, vor ein paar Jahren, dass ich dringend und schnell lernen wollte, wie man sich ruhig bei stressigen Situationen verhält, oder einfach gesagt: wie man versucht, mindestens, gelassen zu werden.

So bin ich gelandet bei ihm und seiner Website „Führung auf den Punkt gebracht“. Das es am Anfang für mich nur die Recherche nach Besserung meiner Selbstbeherrschung war, plötzlich wandelte es sich um ein komplett unerwartetes Programm mit unterschiedlichen Tools von Selbstführung, Zeitmanagement und sogar Führung anderen Personen. Was für ein Geschenk!

Ich schulde ihm, Bernd Geropp, unzählige Stunden, wertvolles intensives lernen und vor allem, dabei viel Lachen und Spaß zu haben. Die Verkörperung seiner Figuren sind sehr klug gedacht und seine spielerischen Talenten überraschen uns, wie in den Kommentaren regelmäßig zu lesen ist, alle die Zuschauer. Anbei, einer meine beliebten Episoden, wie oben gesagt, geht es um Monkey Business: https://www.youtube.com/watch?v=Ea4w_xHJGjY


 

La chica del perrito

Uno de los motivos que contribuyó a que me mudara a mi residencia actual, fue sin duda el agradable ensamble óptico que produce la iglesia de San Mauricio con su siempre bien cuidado jardín y sus muros antiguos con enredaderas colgantes, que se alza en medio de un inusitado complejo de viviendas, construidas en los años ochentas.

El departamento en particular, es una maissonnette que ocupa los dos últimos pisos del edificio, con dos amplios balcones en cada uno, mirando al jardín y corazón de la manzana. Éste no se encuentra sólo, sino que colinda con otro, que según los planos que la immobiliaria me confió, es exactamente igual. Es decir, que además de todos sus confortables atributos, tiene un detalle particular: el de tener un secreto tercer piso, provisto de una habitación y con un acceso a una escalera de emergencia que desemboca en el subsuelo, directo en la cochera del edificio. Éste último detalle hizo que me decidiera por alquilarlo, una segura vía de escape, ante un peligro no anticipado.

Dadas mis horas laborales y el corto tiempo que llevo aquí, el contacto con los otros habitantes del edificio, ha sido hasta ahora escaso. No obstante, a la vecina de al lado, si que me la crucé casi a diario. Se trata de una mujer joven, calculo en sus treintas, no muy espigada, delgada, de largos cabellos castanos claros, manos de dedos delicados, ésas manos que están acostumbradas a tomarse un tiempo en el salón de manicura. Me la encontré hasta ahora, casi todas las mañanas, cuando yo salía hacia el trabajo y ella ya volvía a casa, enfundada en sus joggings, luego de haber corrido. Éso sí, nunca la ví sola, sino siempre acompanada de un pequeno perrito, gordito, bullicioso y de nariz achatada, que siempre que pasan a mi lado, se me queda furiosamente ladrando, intentando liberarse de la correa que lo tiene atado a la delgada cintura de la vecina. Éste hecho hizo que sin haberlo planeado, nos hubiéramos reído un par de veces al encontrarnos, haciéndo de éste detalle una complicidad, sin necesariamente haber tenido que presentarnos. Yo la verdad, no sé ni cómo se llama la vecina, para mí es simplemente la chica del perrito.

Fue a una amiga que volvió de visita hace unas semanas, a la que le llamó la atención algo en la puerta de al lado. ¿Te fijaste en el felpudo? Me dijo, apenas entrar y saludarme. Tu vecina al parecer se casó, continuó. Yo salí al pasillo a comprobarlo, y de verdad, al lado lucía un flamante felpudo: Bienvenidos a casa de la Familia S*****, el detalle de los anillos entralazados, no dejaba de pasar inadvertido.

Desde éste detalle, hasta el día del incidente, diría que hubieron pasado como unas cinco semanas, no más. Ése fin de semana en particular yo estuve de viaje, una conferencia de sólo un día en Hamburgo, partí el viernes en el tren nocturno y el domingo a la tardecita, ya estuve de regreso. Así que no puedo relatar exactamente cómo acaecieron los hechos.

Por lo que pude entender, es que a la medianoche del día viernes, una mujer habría salido desesperada al balcón, gritando y pidiendo ayuda, que llamen a la policía, que su marido la estaba golpeando y que su vida corría peligro. Los vecinos vieron que dos figuras forcejeaban en el balcón, escucharon también la voz de hombre que amenazaba fuera de sí, exigiendo algo así como, que la mujer se calle y entre de immediatio en el departamento y un perrito hubo ladrado y ladrado a más no poder.

Si bien los vecinos consiguieron llamar de immediato a la policía, y dos patrullas se presentaron en los siguientes ocho minutos (relató la viejita de la planta baja), más nada pudieron hacer por la chica, ni por el perrito. 

Y lo que es peor, ni siquiera pudieron atrapar al agresor. A pesar de que los uniformados acordonaron la zona, buscaron en todos los recovecos del immueble, iluminaron el jardín, extendiendo la búsqueda a los alrededores, incluída la iglesia. El hombre consiguió, de forma inexplicable escapar del edificio.


sábado, 13 de septiembre de 2025

 

Anibal Barca

Siempre he sentido una fascinación por las tareas imposibles. Cuando estaba en la escuela me obsesionaba la idea de Sísifo y su piedra. Mientras más pensaba en él, más admiraba su tarea solitaria, sufrida y eterna. Más tarde Camus me ayudó a entenderlo mejor, desde su perspectiva, quizás a Sísifo aquello no le parecía del todo un castigo, si bien estaban sólo él y su piedra, montaña arriba, montaña abajo, todos los infinitos días. El mismo esfuerzo de acarrear la piedra y depositarla allá en lo alto, le haría sentirse productivo en el proceso, una fuerza impulsora le haría sentir hasta, pensó Camus, un sentimiento cercano a la felicidad.  

Años más tarde pasó mi fascinación de Sísifo a Anibal Barca, que me lo encontré mientras estudiaba el legado de los Cártagos, los hombres púrpura, que sacaban el color de los crustáceos marinos y eran los global player de la edad antigua, navegando desafiantes en su barcos, metódicamente construidos y a gran escala (que después serían copiados por los Romanos, siendo el comienzo de su fin) y creadores de la escritura, más o menos parecida a lo que conocemos ahora, con el fin de hacerse entender, pues se dice de ellos eran también unos comerciantes magníficos, de ésos que sí sabían negociar.

Anibal Barca ha sido desde aquel entonces una constante en mi vida, una presencia inspiradora perenne y resiliente. Él habría nacido unos 250 años antes de Cristo, en una colonia cártaga ubicada en el norte de áfrica, en el medio de la guerra punicia, ésa que enfrentaron durante décadas Romanos y Cártagos. Su padre Amilcar Barca habría sido un ejemplar general guerrero, como él mismo sería años más tarde, que resistía a los Romanos en Europa y se atrincheró en lo que ahora sería España. Se dice que Anibal Barca a sus nueve años de edad, fue llevado a un templo cártago y su padre le hizo jurar, que nunca, jamás, hasta el fin de sus días sería amigo de los Romanos, hecho que, todos sabemos cumplió. Y yo mi imagino, que ésa fue idea motriz, su fuerza motivadora.

Durante su niñez habría recibido una amplia educación de su Tutor personal: Sosilo, un erudito espartano, que no sólo le versó en las ciencias básicas, sino también le preparó en el arte de la guerra estratégica y las lenguas. Anibal Barca hablaba fluidamente cuatro idiomas: griego, cartaginés, latin y la lengua de las tribus ibéricas. Se dice de él que además poseía un carisma extraordinario.

A mi modo de entender si bien fue un hombre, un mortal de carne y hueso, no obstante por todo lo sobrehumano que llevó a cabo, se acerca más bien a ser como un dios, como uno de ésos dioses de la mitología griega. Quizás por ello su historia es a la vez de fascinadora, también una inspiración eterna.

Una manana de primavera del año 218 antes de Cristo, partió Anibal Barca desde Cartagena en la península ibérica, por tierra, rumbo a Roma. Junto a él iban unos 100.000 guerreros y sus 37 legendarios elefantes de lucha. Siempre me he preguntado, qué se le habrá pasado por la cabeza, a Anibal, mientras comenzaba su épica marcha.


domingo, 7 de septiembre de 2025

 

Eternamente joven

Durante los últimos anos de colegio, un colega de curso y yo, logramos instalarnos en la única radio de mi pueblo natal e intentábamos llevar un programa de música techno. En aquel entonces nos era muy difícil conseguir lo que estaba sonando al rededor del mundo. Aunque el internet se estaba popularizando, aún nosotros no habíamos comenzado con él.

Por suerte nos llegaban regularmente unas sesiones grabadas de una radio asociada localizada en Bélgica, que era producido en inglés, especialmente para su redifusión en latinoamérica. Así fue que escuché por primera vez a Phantasia con su Inner Light (1991). Aún recuerdo el revuelo que produjo entre nuestros oyentes (que no eran muchos y siempre los mismos) y fue la número uno por semanas en nuestro propio Ranking llamado Atlántida.

Hoy por la manana tropecé por casualidad con ella de nuevo (ésta vez en internet). Con gratificante sorpresa pude comprobar, que Inner Light no se salió de forma en éstos anos, y ni siquiera le salió un sólo cabello blanco. A ver qué dicen ustedes: https://www.youtube.com/watch?v=OpO8F0yXTiw