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jueves, 5 de enero de 2017


El viaje

Un viaje siempre libera, aunque se trate de un trayecto corto, como el de Karlsruhe-Frankfurt, especialmente si es en un tren de larga distancia, cuyo destino final será cualquier ciudad grande del Norte. Con un poco de imaginación, cuando se escucha: Señoras y señores, bienvenidos al ICE con destino a Hamburg-Altona, uno puede enseguida hacerse a la idea de quedarse en su asiento y pasar Frankfurt de largo. ¡Oh Hamburg! Llegar al comienzo de la tarde, tomar una linda habitación con balcón y vista al río, en cualquier hotel del puerto, después salir a comprarse un vestido de seda, con escote en la espalda y de un color fascinante, que aparte por la temporada, estará rebajado y por la noche, después de una copa de Riesling, o dos, asistir a un concierto en primera fila, en la Filarmónica del Elba.

Cuando se sueña, los minutos vuelan y ya se está llegando a destino, y definitivamente no está permitido continuar el viaje, así que a bajar a la tierra.

El tren sigue de largo, allá van Hamburg, la vista al puerto, el vestido, el escote, el concierto...